Espera...

5 de la tarde.. cuidad, Los Angeles, Chile. Ya han pasado 8 días fuera de Santiago y llegó el momento de volver, pero la vuelta implica esperar más menos 7 horas, pues el bus a Santiago saldrá a las 00:10 hrs. Sentada en el terminal, veo pasar gente, de vuelta de vacaciones, saliendo de vacaciones, o quizás volviendo del trabajo desde alguna localidad cercana. Infinidades de rostros, todos distintos caminan en la misma dirección pero en distintos sentidos, caminan con un fin específico, llegar a algún lugar, a su casa, a una hostería, esperan una encomienda, ¿quién sabe?, sólo ellos, así como también ellos se preguntaban por que a pesar que todo el mundo iba y venia estabamos sentados fuera de la rutina impuesta en ese momento, pero preparados para insertarnos en aquella función de un momento a otro, de tomas las mochilas y partir con rumbo fijo de vuelta. Teníamos el tiempo comprado, pues no podíamos partir ni antes, ni quedarnos más tiempo, sólo teníamos que esperar que el tiempo llegara para poder partir y empezar a trazar nuestros caminos hacia la normalidad del mundo real para volver a insertarnos como eslabones dentro de una cadena sin fin que sólo tiene pausas temporales y nos deja arrancarnos de vez en cuando de ella, pero no cuando queremos, sino cuando el medio te lo permite. Maldita libertad esclavizante que nisiquiera nos permite disponer de nuestro tiempo como se nos dé la gana. En fin la libertad temporal terminó y hoy nos preparamos para volver al medio, durante todo el período que vemos caer las hojas, durante todo el período que cae lluvia, que hace frío, que florecen los prados y renace la naturaleza....
En fin, se acaban poco a poco las vacaciones y debemos volver a la realidad de siempre.....