jueves, marzo 31, 2011

Es insoportable este dolor, el dolor del abandono, del olvido y del deterioro.

No es la mejor manera de terminar una historia, sin palabras, sin un porqué, tan sólo en silencio.

Miro los ojitos de mis hijos y me es imposible retener las lágrimas. Miran mis ojos y dicen mamá.

Te fuiste en silencio, partiste sin un adiós, no demores en volver pues tal vez luego ya no te recuerde.

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